Diego Laborde, uno de los capitanes de los Cimarrones, comenzó a practicar hockey a los 14 años, cuando iba a ver a su hermana competir. Laborde contó que, en ese entonces, se metía a la cancha a jugar en los entretiempos, hasta que llamó la atención de los entrenadores del equipo. “Me invitaron a entrenar en el Club Náutico. Primero en una escuelita de niños, y después sí me sumé a entrenar con ellos en el equipo de primera”, recordó el capitán cimarrón.
“Fui creciendo, me fui mezclando, aprendí de gente muy buena del club que me fue formando”, rememoró. Cerca de los 17 años de edad, el capitán comenzó en las inferiores de la selección y viajó a Mendoza a representar a Uruguay. “Fuimos la primera selección masculina menor de 18 que viajó a un provincial en Argentina”, contó el jugador y agregó: “Somos, más o menos, los que estamos acá ahora”.
Luego de aquella competición en Argentina, el actual cimarrón “saltó a la selección mayor”. Viajó a Brasil a disputar un Torneo Sudamericano, a México con la Sub 21 y a varias competencias más, con un grupo que se mantiene hasta el día de hoy.
Para Diego Laborde, jugar en la selección es un orgullo. “Representar a tu país en un deporte que se hace todo a pulmón, donde se transmiten valores muy buenos de generaciones que fueron pasando, el compromiso, todo lo que vamos generando y aportando para que esto salga y que se lleve adelante, es increíble”, expresó el capitán. “Esa garra charrúa que muchos nombran, creo que nace del esfuerzo que cada uno de los jugadores hace por estar acá, combinando trabajo, estudio, pocas horas de sueño, entrenamientos en horarios que generalmente no son los normales”, agregó.
El capitán de los Cimarrones considera que el mejor momento de su carrera fue al inicio, cuando la selección ganó la medalla de bronce en un Torneo Sudamericano. “Creo que fue un punto muy alto, yo era muy chico, capaz que no me daba cuenta de lo que estaba pasando, pero creo que el equipo aprendió mucho”, contó y agregó que “vivir la evolución y el desarrollo de la selección y ver el crecimiento de los jugadores, también es algo lindo”.
A menos de 50 días para jugar la Copa Panamericana en Uruguay, Laborde cuenta que la palabra que se le viene a la mente es “emoción”. “Emoción de que para muchos de los jugadores tal vez sea un cierre de su carrera”, dijo. “Que se juegue en Uruguay un torneo después de muchos años, que se haya inaugurado una cancha de primer nivel por la que se luchó mucho, compartir con la gente de Uruguay, con la gente del hockey, con mi familia, que me vean mis viejos acá jugando en Uruguay, para mí, es impagable”, dijo emocionado el capitán celeste.
En cuanto al hockey de caballeros a nivel local, Laborde contó que “lo ve creciendo”. “Tal vez, como todo deporte menor, a veces se necesita un empujón más para pasar a dar el salto, pero se ha desarrollado mucho”, aseguró. Según el jugador, el hockey masculino en Uruguay está en un momento clave, donde el desarrollo y las estructuras son fundamentales para que resurja, para que los niños que están jugando en distintas partes de Montevideo y del interior del país tengan un lugar donde juntarse y jugar, que es lo más importante.
A su vez, Laborde cree que la Copa Panamericana, al jugarse en Uruguay, va a generar una mayor visibilidad del deporte en el país. “Invitamos a que se arrimen a ver los partidos de la copa. Todos los jugadores o no jugadores, sepan que hay espacio para ellos y que los invitamos a los clubes a entrenar, que hay lugares para jugar que los están esperando”, finalizó el capitán.


